REFLEXIONES por MIGUEL ÁNGEL GARCÍA MUÑOZ. *LA PERRADA QUE COMIÓ CARNE EN EL SEXENIO

Diario ABC Puebla

Los comunicadores poblanos, aquellos que pregonan que para que ser un verdadero Periodista hay que estar alejados del poder y criticarlo, siempre estuvieron cerca del morenovallismo adulándolo, posando con Rafael Moreno Valle, Tony Gali Fayad y Martha Erika Alonso. Hoy, quieren pasar desapercibidos y olfatean la rendija para colarse en el ánimo del Gobernador Miguel Barbosa.
Lo que justificaron hasta el cansancio las inversiones desproporcionadas en las ciclovías; los puentes atirantados; la ruedota del infortunio; el Museo Barroco; el puente elevado de la autopista; la remodelación del estadio Cuauhtémoc; la entrega indiscriminada de Notarías; los moches: las concesiones del agua potable; el SOAPAP y el transporte público; la remodelación de Casa Puebla; el entreguismo de los Poderes Legislativo y Judicial; la agresión y crimen en Chalchihuapan, entre tantas arbitrariedades, ahora se les olvida y escriben algunas líneas alusivas para que el monitoreo oficial vea que no fueron parte de esa rapacería.
Hasta Víctor Carrancá Bourguet y Facundo Rosas Rosas fueron sus ídolos. El primero, enquistado como Procurador y luego Fiscal, cargo al que quiere renunciar desde el viernes pasado sin entregar cuentas; el segundo, que como Secretario de Seguridad Pública tenía a algunos de sus elementos como cabezas del huachicol, ya está en otros lares gozando de su impunidad que incluye la parte operativa en la muerte del niño de Chalchihuapan José Luis Tlehuatle en 2014, obedeciendo órdenes de Moreno Valle y Carrancá.
Esos comunicadores a los que me refiero, se convirtieron en la perrada de Rafael Moreno Valle Rosas.
Pasaron de comer desperdicios o croquetas de pésima calidad, a saborear y tragar carne, por eso les convino que el mandatario panista tuviera aspiraciones y soltara carretadas de dinero para ser tapado en sus pillerías y el desvío de recursos del erario. Les interesaba que después de entregar el poder siguiera mangoneando el Estado a través de Gali y Martha Erika, garantizándoles bienestar a su panza y sus bolsillos.
No querían inquietarse.
Son los mismos que palidecieron, junto con el PAN, al confirmarse la tragedia del 24 de diciembre de 2018.
Es curioso, en la actualidad, que cada vez que pueden siguen destilando veneno contra el marinismo, pero no contra el morenovallismo del que formaron parte Gali y Martha Erika, así como Eukid Castañón, Javier Lozano Alarcón y muchos más que conspiran agazapados. Nunca reflexionaron que la administración de Rafita trastornó a los poblanos, provocándoles noches de terror e insomnio.
No aceptan que ningún Gobierno de Puebla, incluyendo el de Mariano Piña Olaya y Mario Marín Torres, ha sido tan corrupto como el de Moreno Valle Rosas.
Todavía cierran los ojos ante la realidad. Creen que en cualquier momento van a despertar y que la Cuarta Transformación es sólo una pesadilla.
No ven aún la deuda gigante que quebrantó las finanzas de Puebla e hipotecó el Estado.
Les pasa de noche las obras ostentosas y de nulo impacto social infladas en costo y en un despilfarro que agrede a todos; así como la deuda oculta de los PPS y la entrega al Fideicomiso EVERCORE del Impuesto Sobre Nómina.
Les aterra volver a lamer un hueso de plástico.
No les importó ser vistos tocando el timbre de la residencia de operación política y espionaje de Eukid Castañón Herrera, allá sobre la 9 poniente en la colonia La Paz, para recibir instrucciones y cobrar para escribir por consigna. Ese bunker, por cierto, fue desmantelado.
Se convirtieron en zombis.
Son los comunicadores poblanos que, en el ayer se mostraron dignos; los que se desgarraron las vestiduras en aras de un Periodismo valiente y real, enfrentando sin tapujos a Manuel Bartlett Díaz y Mario Marín.
Son los mismos que pasaron de subirse a camiones foráneos o microbuses de la capital, a manejar vehículos propios de lujo de la empresa Volkswagen que paga el morenovallismo.
Se sentían cómodos.
La credibilidad y la vergüenza les vale madre, al igual que ahora.
Y todavía se dan el lujo de tener en las redacciones a sus cachorros, que saben de Periodismo lo que yo sé de Física Cuántica.
La perrada todavía defiende en su guarida lo que tanto criticó: La corrupción e impunidad, que le alimenta y mantiene en engorda.
¿Cuántos de ellos han sido contratados por el PAN como sus nuevas plumas?, preparando la nueva embestida en 2021 y 2024.
No sé si en el PRI tienen en marcha esa misma operación.
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